Carmen Linares es primera figura del flamenco, leyenda y Princesa de Asturias.
Sandra Carrasco es una cantaora joven, pero con una trayectoria ya dilatada. Ha trabajado con grandes maestros como Carlos Saura y Estrella Morente, y actualmente se encuentra en plena gira internacional con su proyecto como solista.
Antonio Cortés es hijo de Montse Cortés, miembro de una saga de gitanos de Granada vinculada tanto a Paco de Lucía, como a Antonio Canales. Es un cantaor y guitarrista joven y la próxima gran apuesta de Universal Music Spain.
Dani de Morón es un gran guitarrista, solista y reconocido por todos los cantaores como uno de los genios del acompañamiento al cante actual, es representante a su vez de un pueblo tan importante para el flamenco como Morón.
Ane Carrasco es hijo de Diego Carrasco, es el mejor percusionista de la actualidad, además de compositor y productor.
Juan Carmona, miembro de la familia HABICHUELA, la más importante del flamenco en Granada junto a los Morente, hijo de El Camborio, nieto de Juan Habichuela y sobrino de Pepe Habichuela y Antonio Carmona, es un gran representante del flamenco fusión, unido a otras músicas, a la vez que se enraíza con una de las estirpes más importantes en la historia de lo jondo.
José Maya, primera figura de la danza, bailaor gitano, con una trayectoria internacional impecable, sobre todo en Francia, y colaborador habitual de grandes figuras del flamenco como Tomatito o Vicente Amigo.
Saúl Quirós tiene varios discos publicados, es un cantaor gitano de Madrid muy aclamado por otros artistas del flamenco y colaborador de grandes voces como Miguel Poveda o Sara Baras.
David de Jacoba es un cantaor gitano importantísimo de la escena flamenca de Granada, vinculado a Paco de Lucía durante diez años oficialmente en su grupo, y a la vez, colaborador en grupos como La Plazuela, ejerciendo de vínculo entre lo jondo y lo moderno.
Gema y Samara Carrasco son dos jóvenes cantaoras jerezanas, actualmente reclamadas por todos los artistas del flamenco, incluyendo Montse Cortés y Rosalía, y sin duda un trago de agua fresca para todas las nuevas generaciones del flamenco.